miércoles, 10 de marzo de 2010

Un día cualquiera.

Hay días en los que el sol brilla en un cielo perfecto, azul, surcado por alguna que otra nube, blanca, regordeta, simpática como sólo pueden serlo en las ilustraciones de los cuentos infantiles. Pero también, hace viento, un soplo gélido, frío, que despierta y reaviva. Entonces no se sabe qué hacer con el abrigo, si nos lo quedamos puesto el sol nos calentará lo suficiente como para que necesitemos desprendernos de él; si nos lo quitamos, el viento nos recordará ese aullará hasta alcanzar nuestras entrañas.
Estos son buenos días para aprender lecciones; te dejan el cuerpo cortado pero conceden una pequeña tregua, alguna que otra esperanza, aunque sea la sencillez y la humildad de poder acostarte habiendo aprendido algo nuevo.
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Suena: Resistence -Muse.
Desde mi ventana: aún siguen corridos los visillos...

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho esa última frase..
    Además, me ha recordado a Jorge Luis Borges y al final de ese fragmentito al que le tengo especial cariño: Y con cada día, uno aprende.
    :)

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  2. Mmm...
    Escuchando "resistence" yo también escribiría días cualesquiera...
    Más bien, días de mi mala memoria...

    Yo me acuesto cada día aprendiendo a recordar...

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Pasen y vean.