jueves, 26 de junio de 2014

Mar hacia el que caminar.

Me va a faltar mar hacia el que caminar…

Y la ciudad de las cuatro, con sus pasos de alcohólica y su espalda violeta, volvió de la página en que había sido enterrada, en la tinta del libro de poemas que reposaba en algún estante, en alguna parte. Y el balcón y la bucólica geometría perfecta, y la sábana y el haz de luz, y la ropa deshecha en una esquina y bajo la cama; la poesía prestada para la ausencia de palabras.

Me va a faltar mar hacia el que caminar…

Y el vértigo que grita que el mundo pare, el que siempre recoge flores en el vientre, regresa también de sus acordes, de la guitarra callada del altillo, de los trazos y las letras, de las cuartillas que, a falta de postales, son testigo y prueba del delito. Y como asesinos, volver al crimen. Y como ciegos, avanzar al tacto.

Definitivamente, me va a faltar mar hacia el que caminar.
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Suena: Girl from Ipanema, Kenny G.
Desde mi ventana: qué extraño el color de las nubes, entre gris, blanco y ocre...