jueves, 27 de abril de 2017





Huele a tierra mojada y parece que este abril no se decide a romper, a romperse de verdad, a ser furia y tormenta y a llevarse por delante todas las alergias. 

Huele a tierra mojada y abril ensucia los cristales y emborrona los folios en blanco mientras se escapa de mis manos con cada acorde de Sabina; tan tópico como preciso. 
Cuánto abril se ha instalado en nuestros huesos y cuántas lágrimas, a falta de lluvia, vamos a necesitar para sacárnoslo de encima.

2 comentarios:

  1. Abril de vino y rosas, de resacas y sabinas, de primavera y lluvias, y tú y yo como siempre...al acecho de las palabras.

    ResponderEliminar

Pasen y vean.