Y esta vez, septiembre.
Septiembre que nos miraba tendido
en el horizonte de la espera, en las últimas palabras de cada una de esas
frases que se soñaban promesas, un futuro a medio conjugar, con sus tiempos y
sujetos marcando el compás, el baile que tardaría algo más en llegar. Lo mismo
que septiembre mirándonos tendido sobre un lecho de nubes, sobre el rumor de olas,
sobre cada sinuosa carretera, los kilómetros de distancia entre todo un estío y el noveno mes del año. Y la impaciencia que, escapándose en el tamborileo de los dedos y
las horas muertas viendo salir aviones, escuchando avisos enlatados por
megafonía, se preguntaba por el acorde de tu voz, por la nota en la que se
quebrase y cuándo el suspiro sería beso, un beso de septiembre, de bienvenida.
Y esta vez, septiembre.
Septiembre en los bolsillos, en
tu rostro, en tus manos, en tus labios y en el subrayado de mis yemas
recordando cómo eran labios, manos, rostro, bolsillos… como colegial
indisciplinado, como una asignatura pendiente, como la memoria al tacto. Sin
más excusas, sin más pretextos ni pronósticos. Sin más horizonte que los filos
de estas sábanas. O el acorde de tu voz. O el beso de vuelta a casa.
Y esta vez, así, por supuesto,
septiembre.
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Suena: September gurls, Big Star.
Desde mi ventana: un inmenso cielo azul y, tras esta larga ausencia, la Sierra.
Espero que este Septiembre sea para tí el primero de muchos otros Septiembres, encadenados por algo más que meses, semanas, días, horas, minutos, segundos...
ResponderEliminarCómo escribes niña!! Qué grande! :)
ResponderEliminarDemasiado tiempo sin pasar :(
Pero he vuelto a mi Taller con una bonita noticia, leela... y espero contar contigo ;)
Un beso grande!