domingo, 28 de octubre de 2012

sábado, 20 de octubre de 2012

En mitad de la noche.

 Tumbada en la cama, le dio por llorar. No tenía motivos para ello, porque era feliz; y, sin embargo, las lágrimas salieron al encuentro de su rostro, de sus labios, de la barbilla, de la almohada. Tenía el pijama puesto y las sábanas revueltas; no había sido una buena noche. Además, hacía frío. De costado, y en la oscuridad, le dio por adivinar las formas de todas sus sombras, las de dentro y las de fuera, la clásica silla atestada de ropa.

-¿Qué haré cuando llegue el día que me quede sin palabras?

 Nadie estaba ahí para responderle. Y entonces lo supo, sólo tendría silencio. Por eso inventó un idioma entero, para nunca más volver a tener miedo.
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Suena: Walls are tired, Russian Red
Desde mi ventana: noche cerrada, supongo que sigue lloviendo.

sábado, 6 de octubre de 2012

Mentiras.

Este relato podrás encontrarlo en mi próximo libro: Mi propia ingravidez.