jueves, 1 de diciembre de 2016

Sobre el tapete verde

Teníamos todas las de perder y por eso no nos importó hacerlo. Con el cansancio de quien se ha arrojado desde todos sus precipicios, te mostré las cartas en la primera mano: «O vas o te achicas». Mis ojos escudriñaban tu iris y tu pupila, tan impasibles como si tuvieras varias vidas. Y fuiste; fuiste para subir la apuesta: «No soy de los que se achantan», respondiste sin quitarme la vista de encima. «Ni yo voy de farol», te advertí y comencé a desnudar mis heridas: «¿Ves esta? Es la de la adolescencia. Y aquella otra es el recuerdo de unos labios que me quemaron las comisuras; en comparación, a qué poco saben los besos que traen billete de vuelta. En el otro costado tengo una cicatriz horrorosa, pero esa me da vergüenza que la veas porque de vez en cuando sigo hurgando en ella». Barajabas como si nada, como si todo, pero cuando cortaste el mazo también te partiste en dos: «Siempre será especial por mucho que ya no la quiera», y supe que no podría competir jamás con el recuerdo de ella. «¿Sabes? Cualquier baraja trae cuatro reinas y tú eres la tercera», susurraste y te imaginé quitándome las medias. Sin embargo, temblabas más tú que mis piernas: «Parte y reparte, que de esas historias ya estoy muy de vuelta». La mano fue a tu favor y me contaste las costillas de dos en dos: «¿Cuál será en la que te detengas para hablar de mí?», preguntaste con tanta nostalgia como certeza. Me reí porque habíamos empezado a dar mucha pena: «Supongo que podría ser en cualquiera». Las besaste para barrer resignado la mesa: «Cualquiera estará bien», y sonreí satisfecha.
Te pedí la revancha y las cartas volvieron a colarse entre nuestros dedos. Teníamos todas las de perder y por eso nos la jugábamos; por eso perdíamos y por eso no nos importaba demasiado hacerlo. Las derrotas sólo eran horas muertas de las que, afortunadamente, podíamos perder la cuenta.
________________________
Suena: Mad World, Michael Andrews ft. Gary Jules.
Desde mi ventana: hoy escribo frente a un ventanal del que cuelgan cintas y otras plantas verdes, pero sé que fuera la Sierra luce hermosa su manto de nieve blanca. Ha empezado a hacer frío de verdad y yo siento que Sabina me ha robado, además de abril, los otros meses del año.

1 comentario:

  1. Encantadora metáfora la partida de cartas en la que, queramos o no, la vida nos va sirviendo las manos...y tú mirando de reojo al de enfrente.

    ResponderEliminar

Pasen y vean.