sábado, 28 de mayo de 2011

Dos palabras.

Cuando escuchó aquellas dos palabras, murió en sus labios cualquier expectativa de pronunciar alguna. Hasta ese momento no había entendido el significado que ocultaban tras sus letras, la cadencia perfecta del tono, los restos del sueño. Las había dicho y escuchado tantas otras veces que había olvidado la ruptura de sus fronteras.
No eran el saludo ni la cortesía, por eso no respondió de manera automática, sino que midió el alcance de sus palabras y la profundidad del despertar de sus ojos. Alargó la mano hasta rozar suavemente su mejilla.

-Buenos días…

Y, después de la sonrisa, vino el beso.

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Suena: Don't take your love away, Vast.
Desde mi ventana: vendaval de primavera, nubes, sol y al fondo la Sierra.

3 comentarios:

Pasen y vean.