sábado, 20 de octubre de 2012

En mitad de la noche.

 Tumbada en la cama, le dio por llorar. No tenía motivos para ello, porque era feliz; y, sin embargo, las lágrimas salieron al encuentro de su rostro, de sus labios, de la barbilla, de la almohada. Tenía el pijama puesto y las sábanas revueltas; no había sido una buena noche. Además, hacía frío. De costado, y en la oscuridad, le dio por adivinar las formas de todas sus sombras, las de dentro y las de fuera, la clásica silla atestada de ropa.

-¿Qué haré cuando llegue el día que me quede sin palabras?

 Nadie estaba ahí para responderle. Y entonces lo supo, sólo tendría silencio. Por eso inventó un idioma entero, para nunca más volver a tener miedo.
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Suena: Walls are tired, Russian Red
Desde mi ventana: noche cerrada, supongo que sigue lloviendo.

4 comentarios:

  1. Justamente en eso ando yo, en inventarme mi idioma, porque las palabras me rehuyen.
    No podrías haberme acertado mejor, últimamente te leo para entenderme.
    Mil gracias

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  2. Sé que este texto no va de eso, pero cuando era pequeña y estaba en el colegio, a veces susurraba en voz baja, tenía miedo de que el profesor preguntara y yo me hubiera quedado sin palabras. Aún ahora hay días en que no digo una sola palabra y días en que deberá decirlas pero me es más facil sonreir o asentir y librarme del apuro. A veces pienso que de pequeña tenía razón, de no hablar, al final, te quedas sin palabras.
    Pero lo que más me ha gustado no ha sido eso sino el "Tumbada en la cama, le dio por llorar. No tenía motivos para ello, porque era feliz", porque hacía mucha tiempo que no tenía que buscar escusas por las que llorar, pero he vuelto a hacerlo. He vuelto a llorar sin motivos e inventar razones por las que lo he hecho. Y me he sentido identificada con este texto por ello. Pero he leido en microcuentos que el otoño era la única estación en la que las lágrimas pueden caer sin motivo. Y he decidido dejarlas caer hasta que llegue el invierno y se enfrien.
    Un beso, campanilla =)

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  3. Que importante es tener armas para poder comunicarse, y la palabra y la música sin duda las más importantes, las únicas capaces de romper el silencio... ese q amenaza con volvernos locos!

    Un abrazo fuerte :)

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  4. Pues creo que no podemos vivir sin palabras, no sólo las que pronunciamos sino las que nos imaginamos, aquellas con las que construimos nuestro castillo interior, allí donde nos refugiamos para amar o soñar. Al menos, una vez cada día.

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Pasen y vean.