lunes, 26 de julio de 2010

Trenes de ida.

Lo tuve en mis manos, lo sé. Pero una vez más dejé pasar la oportunidad, el momento, la ocasión.

Los malditos trenes, sus andenes, sus estaciones, siempre sucias, siempre ruidosas, siempre llenas de adiós y de reencuentros, de pañuelos blancos que ya no se agitan y de despedidas que se sangran gota a gota, de besos y abrazos ajenos, de lágrimas quién sabe si de felicidad o tristeza...

Me gustan las estaciones de tren, igual que me fascinan los trenes, los autobuses, el vaivén de la carretera, las idas y las vueltas, con los pensamientos que ellas generan... Pero lo que no me gusta, joder, es convertirme en una estación.
Una constante y perenne estación...
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Suena: Sere Nere, Tiziano Ferro
Desde mi ventana: Algeciras.

Te echaría de menos aunque no te conociera...

2 comentarios:

  1. Me ha encantado, será porque yo ahora me siento una estación, a la que vienen trenes, trenes que nunca se quedan aunque se lo pidas. Trenes de ida sin billete de vuelta..

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  2. Yo dejo pasar todos los trenes... :(

    Me gusta cómo lo escribes. Besos.

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Pasen y vean.