jueves, 24 de mayo de 2012

Confidencias a una estatua de sal.

Este relato podrás encontrarlo en mi próximo libro: Mi propia ingravidez.

4 comentarios:

  1. La historia de la estatua de sal siempre me hizo sentir frío. Y una inexplicable nostalgia.

    Besos, Isa.

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    1. En muchas ocasiones los seres humanos nos damos cuenta tarde de las cosas, muy tarde, en esas ocasiones, algunos piensan que la vida es muy larga para poder rectificar y que tendremos nuevas oportunidades. A veces, no se vuelven a presentar esas nuevas oportunidades. Un abrazo, me encantó leerte.

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  2. "Yo me marchito cada vez que tú respiras, y sangro un poco más cuando miras atrás. No me puedes ver, porque estoy delante de ti."
    Me gusta mucho, isa.
    Siempre me gusta leerte.

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  3. Lo leí cuando lo escribiste, pero no se me ocurrió nada que decir..me gustó mucho. Hoy me he acordado de una película que vi hace tiempo, bueno, era un corto, y en una parte decía que si te quedabas atrapado en el pasado, al final, desde allí mismo, contemplarías tu propia muerte.
    Me ha dejado una sensación rara, entre aceptación de lo que ya no puede ser, y añoranza de lo que pudo haber sido.

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Pasen y vean.