Rescátame, aunque no seas príncipe
ni yo princesa, y mis dragones sean las cosas cotidianas, las mismas
preocupaciones que te asaltan a ti; algunas incluso de las que no te dejan
dormir por las noches. No hace falta que traigas tu armadura; es más, mejor no
la traigas, que el metal es frío y lo que quiero es el calor de tu cuerpo, el
roce casual de las manos, de los brazos, quitarte algún mechón de la frente y
mirarte a los ojos. Tampoco vas a necesitar un corcel blanco, tenemos toda una
ciudad que patearnos, mil y un rincones por descubrir, algún atardecer colgado
en mitad de vaya usted a saber, un banco, una cafetería donde pudiera
explicarte por qué me da tanto miedo tenderte mi melena para que trepes por
ella. Tal vez sean las paredes de piedra, el vértigo al asomarme desde este
torreón tan alto como solitario… no sé, no importa, puede que algún día nos
riamos de esta conversación. Bueno, quizás sea demasiado pedir; por eso sólo
rescátame, a secas, y que lo demás se convierta en una bella rutina.
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Suena: Rescátame, Ari Jiménez y Jesús Garriga
Desde mi ventana: noche cerrada.
¡Fantástico! Es maravilloso...¿cómo puedes retratar los sentimientos "caóticos" de una persona de forma tan bella?
ResponderEliminarSimplemente INCREÍBLE~
"y que lo demás se convierta en una bella rutina"
ResponderEliminarechaba de menos leerte. Me ha parecido verte mientras lo leía.
Estos tres meses además de cortos, se me harán demasiado largos.Tenemos que poner skype un dia todos!! =)
Besos desde Viena.
Precioso post, que me regala un soplo bello, tierno y empático en esta tarde de viernes en el trabajo...
ResponderEliminarUn placer leerte :)
Sí, te rescataré. No una sino mil veces. Y al rescatarte evitaré mi propio naufragio en la mediocridad, en el tedio del trabajo, en la ausencia de atardeceres, en el claro obscuro de mi vida. Te rescataré sin armadura ni corceles blancos y con mi boca desnuda de palabras me haré un huequecito en tu corazón.
ResponderEliminarSencillo y precioso! desde luego es mucho mejor el calor humano que el de una armadura. Que dulce y mágico sería que siempre nos rescatasen así :)
ResponderEliminarSin palabras...te has quedado ya tú con todas.
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